Estudiar la anatomía interna y externa del encéfalo.
MATERIAL
Cubeta de disección
Bisturí
Tijeras
PROCEDIMIENTO
1.- Observación de la morfología externa:
Los hemisferios cerebrales, única parte visible del cerebro, surcados por
circunvoluciones cerebrales y separados entre sí por una profunda hendidura
media, la cisura interhemisférica.
- El cerebelo que está formado por tres masas, dos lóbulos cerebelosos a los
lados y un lóbulo central o vermiforme; los tres con cisuras profundas,
transversales y más apretadas que en el cerebro.
La médula oblonga o bulbo raquídeo, con forma de tronco de cono invertido
y truncado, sin diferenciaciones externas, parcialmente oculto por el
cerebelo y dividido a lo largo por una cisura que se prolonga en la médula
espinal.
Si separamos, cuidadosamente, el cerebelo de los hemisferios cerebrales, se pueden ver
los Tubérculos cuadrigéminos, dos anteriores y dos posteriores más voluminosos, y la
Epífisis.
c.- Si volvemos ahora la pieza para observarla por la cara ventral veremos en
primer lugar la cisura interhemisférica y a ambos lados de ella los lóbulos olfatorios.
Algo más hacia atrás, podemos ver los nervios ópticos que se entrecruzan en el
quiasma óptico. Inmediatamente detrás aparece un orificio que señala el punto de
inserción de la Hipófisis ( Suele faltar porque al separar en encéfalo se habrá roto por su
pedúnculo, quedando la Hipófisis encajada en la Silla turca del Esfenoides):
Un poco más atrás hay una prominencia doble llamada cuerpo mamilar,
flanqueada por dos gruesos cordones longitudinalmente llamados Pedúnculos
cerebrales que entran por debajo de la Protuberancia anular o Puente de Varolio, que es
a su vez la porción antero-ventral del bulbo raquídeo.
Por detrás de dicho Puente de Varolio asoman los dos Lóbulos del bulbo
raquídeo, que se estrechan paulatinamente, convirtiéndose en las dos mitades de la
Médula espinal.
Por último, por los bordes de toda la pieza se ven asomar por la parte delantera
los hemisferios cerebrales y por la parte posterior los hemisferios cerebelosos laterales
con sus correspondientes circunvoluciones.
2.- Observación de la anatomía interna:
a.- Con un bisturí se hace una incisión profunda siguiendo la cisura
interhemisférica pero sin llegar a cortar la pieza en dos. Se separa con cuidado los dos
hemisferios y se pone de manifiesto la masa impar llamada Cuero calloso, de color
blanquecino, que une ambos hemisferios. Al mismo tiempo se habrán descubierto las
cavidades de ambos hemisferios que constituyen el I y II ventrículos, cuya existencia
nos hace ver que los hemisferios cerebrales no son macizos.
Detrás de ellos, una amplia lámina impar de forma triangular, el Trígono, deja
ver por detrás una masa dividida en cuatro partes, los Tubérculos cuadrigéminos, debajo
de cuyo borde posterior se verá la Epífisis.
Al cortar siguiendo la cisura interhemisférica, habremos dividido en dos el
cerebelo cortando el Vermis por su línea media; esto nos permitirá observar que en el
cerebelo la sustancia blanca está en el interior, dando lugar a una formación
arborescente que se denomina Árbol de la vida. Cuando separemos estas dos mitades de
cerebelo pondremos a la vista la cavidad del IV ventrículo que se comunica de delante
con el III ventrículo a través de Acueducto de Silvio y por detrás con el Epéndimo o
cavidad de la médula.
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