martes, 8 de abril de 2014

DISECCIÓN DEL CEREBRO

OBJETIVOS 

Estudiar la anatomía interna y externa del encéfalo

MATERIAL 

Cubeta de disección
Bisturí 
Tijeras
PROCEDIMIENTO 

1.- Observación de la morfología externa:

Los hemisferios cerebrales, única parte visible del cerebro, surcados por 
circunvoluciones cerebrales y separados entre sí por una profunda hendidura 
media, la cisura interhemisférica. 
- El cerebelo que está formado por tres masas, dos lóbulos cerebelosos a los 
lados y un lóbulo central o vermiforme; los tres con cisuras profundas, 
transversales y más apretadas que en el cerebro.



La médula oblonga o bulbo raquídeo, con forma de tronco de cono invertido 
y truncado, sin diferenciaciones externas, parcialmente oculto por el 
cerebelo y dividido a lo largo por una cisura que se prolonga en la médula 
espinal. 
Si separamos, cuidadosamente, el cerebelo de los hemisferios cerebrales, se pueden ver 
los Tubérculos cuadrigéminos, dos anteriores y dos posteriores más voluminosos, y la 
Epífisis. 
 c.- Si volvemos ahora la pieza para observarla por la cara ventral veremos en 
primer lugar la cisura interhemisférica y a ambos lados de ella los lóbulos olfatorios. 
 Algo más hacia atrás, podemos ver los nervios ópticos que se entrecruzan en el 
quiasma óptico. Inmediatamente detrás aparece un orificio que señala el punto de 
inserción de la Hipófisis ( Suele faltar porque al separar en encéfalo se habrá roto por su 
pedúnculo, quedando la Hipófisis encajada en la Silla turca del Esfenoides): 
 Un poco más atrás hay una prominencia doble llamada cuerpo mamilar, 
flanqueada por dos gruesos cordones longitudinalmente llamados Pedúnculos 
cerebrales que entran por debajo de la Protuberancia anular o Puente de Varolio, que es 
a su vez la porción antero-ventral del bulbo raquídeo. 
 Por detrás de dicho Puente de Varolio asoman los dos Lóbulos del bulbo 
raquídeo, que se estrechan paulatinamente, convirtiéndose en las dos mitades de la 
Médula espinal. 
 Por último, por los bordes de toda la pieza se ven asomar por la parte delantera 
los hemisferios cerebrales y por la parte posterior los hemisferios cerebelosos laterales 
con sus correspondientes circunvoluciones. 



2.- Observación de la anatomía interna: 
 a.- Con un bisturí se hace una incisión profunda siguiendo la cisura 
interhemisférica pero sin llegar a cortar la pieza en dos. Se separa con cuidado los dos 
hemisferios y se pone de manifiesto la masa impar llamada Cuero calloso, de color 
blanquecino, que une ambos hemisferios. Al mismo tiempo se habrán descubierto las 
cavidades de ambos hemisferios que constituyen el I y II ventrículos, cuya existencia 
nos hace ver que los hemisferios cerebrales no son macizos. 
 Detrás de ellos, una amplia lámina impar de forma triangular, el Trígono, deja 
ver por detrás una masa dividida en cuatro partes, los Tubérculos cuadrigéminos, debajo 
de cuyo borde posterior se verá la Epífisis. 
 Al cortar siguiendo la cisura interhemisférica, habremos dividido en dos el 
cerebelo cortando el Vermis por su línea media; esto nos permitirá observar que en el 
cerebelo la sustancia blanca está en el interior, dando lugar a una formación 
arborescente que se denomina Árbol de la vida. Cuando separemos estas dos mitades de 
cerebelo pondremos a la vista la cavidad del IV ventrículo que se comunica de delante 
con el III ventrículo a través de Acueducto de Silvio y por detrás con el Epéndimo o 
cavidad de la médula.










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